Recomendaciones personalizadas para cada etapa de la vida.
¡Hola! Soy Susana, esteticista profesional con muchos años de experiencia, y hoy quiero compartir contigo mis recomendaciones sobre cómo elegir el tratamiento facial adecuado según tu edad. A lo largo de mi carrera, he visto cómo las necesidades de la piel cambian con el paso del tiempo y cómo un buen diagnóstico, acompañado de una rutina y tratamientos específicos, puede marcar la diferencia en la salud y apariencia de tu rostro. Mi objetivo es orientarte y brindarte consejos prácticos que te ayuden a lucir una piel radiante en cada etapa de la vida.
La importancia de adaptar el cuidado de la piel a tu edad
La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y uno de los primeros en manifestar signos de envejecimiento, estrés o desequilibrios hormonales. Cada década trae consigo cambios fisiológicos únicos: disminución del colágeno y la elastina, variaciones en la producción de sebo, menor capacidad de regeneración celular, entre otros. Por ello, es fundamental adaptar el cuidado facial y los tratamientos a las necesidades específicas de cada momento. A continuación, te presento mis sugerencias para que puedas sacarle el máximo partido a tu piel, sin importar la edad que tengas.
Tratamientos recomendados en los 20: Prevención y equilibrio
En esta etapa, la mayoría de las personas goza de una piel joven y resistente. Sin embargo, no significa que debamos descuidarla. En los 20, suelen aparecer problemas como el acné, los brillos en la zona T, las manchas ligeras y una textura desigual si no se cuida adecuadamente.
- Limpieza profunda y constancia: Recomiendo instaurar una rutina diaria que incluya una limpieza suave por la mañana y otra más profunda por la noche, usando productos no comedogénicos y adaptados a tu tipo de piel.
- Exfoliación moderada: Una exfoliación suave, de una a dos veces por semana, ayudará a evitar la acumulación de células muertas y a prevenir brotes de acné.
- Hidratación ligera: Si tu piel tiende a ser grasa, elige texturas ligeras como gel o emulsiones libres de aceite. Para pieles más secas o mixtas, una crema hidratante con ingredientes humectantes como ácido hialurónico puede ser ideal.
- Protector solar siempre: Es el paso más importante para prevenir el envejecimiento prematuro y las manchas. Asegúrate de usar un bloqueador solar de amplio espectro, mínimo SPF 30, todos los días.
En cabina, recomiendo limpiezas faciales profesionales con vapor y extracción para mantener los poros libres de impurezas. También pueden considerarse peelings suaves, como los peelings enzimáticos, para iluminar el rostro y mantener la piel fresca.
Tratamientos recomendados en los 30: Primeras líneas y luminosidad
Durante los 30, la mayoría comenzamos a notar signos sutiles de envejecimiento: líneas de expresión, ojeras más marcadas y la aparición de alguna arruga incipiente alrededor de los ojos o la boca. Además, la regeneración celular empieza a disminuir y la piel puede volverse menos luminosa.
- Rutina de cuidado con ingredientes activos: Aquí ya resulta importante incorporar productos con activos como retinol o péptidos, que estimulan la producción de colágeno y ayudan a mantener la piel firme.
- Antioxidantes: El uso de un sérum con vitamina C o ácido ferúlico por la mañana ayuda a combatir los radicales libres y a mejorar la luminosidad de la piel.
- Hidratantes más nutritivos: Es posible que necesites una crema más rica, sobre todo si notas sequedad en zonas específicas. Aun así, no olvides escoger texturas no pesadas para no obstruir los poros.
- Contorno de ojos: Es fundamental empezar a cuidar esta zona con productos específicos que ayuden a reducir bolsas, ojeras y líneas finas.
En cabina, tratamientos como la microdermoabrasión o peelings químicos suaves a moderados pueden revitalizar la piel, mejorar su textura y estimular la renovación celular. También son muy populares las sesiones de mesoterapia con vitaminas y antioxidantes para aportar un plus de luminosidad desde el interior.
Tratamientos recomendados en los 40: Combatiendo la pérdida de firmeza
A partir de los 40, la producción de colágeno y elastina disminuye de manera más notable, lo que se traduce en pérdida de firmeza y aparición de arrugas más marcadas. Asimismo, la piel se vuelve más seca, lo que potencia la aparición de líneas de expresión.
- Rutina facial intensiva: Es hora de apostar por productos antiedad más potentes. El retinol de alta concentración, el ácido glicólico y los péptidos son grandes aliados para suavizar arrugas y mejorar la elasticidad.
- Sérums específicos: Tanto de día como de noche, los sérums con ingredientes reparadores, antioxidantes y reafirmantes se convierten en un imprescindible para mantener la piel nutrida y protegida.
- Masajes faciales y gimnasia facial: Añade masajes periódicos para reactivar la microcirculación y estimular el drenaje linfático. Realizar ejercicios faciales también puede ayudar a tonificar la musculatura y redefinir el óvalo del rostro.
- Mascarillas y parches hidratantes: Utiliza mascarillas de tejido o gel con colágeno, ácido hialurónico y extractos naturales que aporten hidratación profunda.
En cabina, recomiendo los tratamientos de radiofrecuencia y láser para combatir la flacidez y estimular la producción de colágeno de manera más intensiva. También pueden ser eficaces las sesiones de microneedling con ácido hialurónico o vitaminas, que ayudan a mejorar la textura y el tono de la piel.
Tratamientos recomendados en los 50: Reafirmación y revitalización
En los 50, los cambios hormonales se hacen más evidentes, especialmente durante la menopausia. La piel puede lucir más seca, delgada y presentar manchas más notorias. Es una etapa en la que debemos priorizar la nutrición, la firmeza y la unificación del tono.
- Productos ricos en lípidos y ceramidas: La piel necesita soporte en su barrera protectora, así que opta por cremas y sérums que contengan lípidos, ceramidas y ácidos grasos esenciales.
- Tratamientos con retinoides y antioxidantes: A esta edad, el retinol (o sus versiones más avanzadas, como el retinaldehído) no debería faltar, complementado con antioxidantes como la vitamina C o la vitamina E.
- Protección solar reforzada: Además de prevenir más daños, ayuda a evitar la aparición de nuevas manchas y protege las áreas donde la piel es más fina.
- Cuello y escote: No olvides extender tus tratamientos hasta el cuello y el escote, zonas que suelen revelar la edad si no se cuidan adecuadamente.
En el ámbito profesional, sugiero procedimientos de rejuvenecimiento con láser fraccionado, luz pulsada o técnicas de ultrasonidos focalizados para abordar la flacidez y las manchas. También los rellenos con ácido hialurónico pueden aportar volumen en áreas específicas, siempre con moderación y supervisión de profesionales.


Tratamientos recomendados a partir de los 60: Reconstrucción y mantenimiento
A medida que la piel envejece, tiende a volverse más fina y frágil, con líneas de expresión más marcadas y falta de volumen en mejillas y pómulos. A esta edad se vuelve imprescindible un cuidado constante y delicado.
- Cremas ultranutritivas e hidratantes profundos: Opta por cremas más densas y con ingredientes reparadores como péptidos, ceramidas, ácido hialurónico y aceites naturales.
- Estimulación de la circulación: Los masajes regulares, tanto manuales como con aparatos, ayudan a mejorar la oxigenación y la elasticidad de la piel.
- Constancia en los tratamientos profesionales: Tratamientos como la radiofrecuencia, el ultrasonido o la mesoterapia siguen siendo útiles para mantener la firmeza y la luminosidad del rostro.
- Atención a los detalles: El contorno de ojos y labios suele volverse más delicado, por lo que es necesario aplicar productos específicos que aporten hidratación y favorezcan la regeneración celular.
En cabina, además de los tratamientos mencionados, se pueden considerar peelings suaves adaptados a pieles maduras para no dañar su barrera protectora. La clave aquí es combinar técnicas no invasivas y una rutina diaria constante para maximizar resultados.
Consejos generales para todas las edades
- Alimentación equilibrada: Una dieta rica en frutas, verduras, proteínas magras y ácidos grasos esenciales (como los del pescado azul, nueces y semillas) contribuye a una mejor calidad de la piel.
- Hidratación interna: Beber suficiente agua cada día mantiene la piel hidratada y favorece la eliminación de toxinas.
- Gestión del estrés: El estrés crónico afecta la salud de la piel, así que procura incluir actividades que te ayuden a relajarte, como yoga, meditación o simplemente dedicarte un tiempo de autocuidado.
- Rutina de sueño: Dormir bien favorece la regeneración celular y ayuda a lucir un rostro descansado y radiante.